El miércoles en Hungría fue genial. Como todos los días nos levantamos muy temprano para poder aprovechar al máximo los días que teníamos para visitar ese magnifico país.
Un día más, quedamos en el instituto de Szazhalombatta, en el que estudian los que fueron nuestros compañeros durante una semana, e incluso nos atreveríamos a llamar amigos. Amigos que quizás no podamos ver muy a menudo, pero con los que hemos compartido una experiencia inolvidable y hemos pasado unos días muy agradables. Cogimos un autobús y nos dispusimos a emprender nuestro viaje hacia Pécs.
El viaje fue largo, pero no nos importó, los viajes siempre se hacen cortos cuando vas con buena compañía y un bonito paisaje con el que entretenerte.
Una vez allí pudimos visitar la catedral, tanto el interior como el exterior era una verdadera obra de arte; quedamos realmente impresionados, y la prueba está en que no hubo nadie que se escapara sin hacerse antes una foto en este lugar. Allí plasmamos uno de los momentos más bonitos de nuestra visita, pues es un recuerdo muy conmovedor una foto de todos los que participamos en el Comenius unidos.
Además fuimos acompañados de una guía que nos facilitó mucho la visita y nos proporcionó información de esta ciudad tan hermosa, ella nos hizo mucho mas ameno el día. Otra buena compañía fue el tiempo, salieron unos días preciosos, soleados y nevados a la vez, una mezcla totalmente opuesta que nos enamoró a todos, algo así como la mezcla entre lo dulce; podríamos decir que este tipo de mezclas son características de nuestro viaje.